Tappi, 13 de septiembre 2015

A tres días del nado, ayer tuvimos el último entrenamiento largo. Acordamos nadar dos veces en el día: temprano, antes del desayuno, y después de la comida.

 

La noche anterior habíamos invitado a Rohans More y su equipo —su mamá y un amigo. Apretados y con Nora y Pablo en la cajuela, pero todos cupimos en la camioneta. No pude dejar de molestarlos y darles instrucciones, como lo hago con Brownie y Toffee cuando los subo al coche.

En el camino tuvimos una plática típica de nadadores de aguas abiertas. ¿Qué has nadado? ¿Cuáles son las dificultades que enfrentaste? ¿Qué sigue?

Rohans More es uno de los nadadores indios que está en busca de los Siete Mares. El año pasado hizo Catalina, el Canal de la Mancha y el Canal de Molokai durante el verano. Este año nadó el Canal del Norte en agosto y mañana intentará Tsugaru.

Nuestro primer intento de nado en la mañana fue un fracaso. El viento cambio de dirección y no había forma de que pudiéramos meternos ni siquiera a la parte protegida de la playa.

Decidimos ir al Yositune Seaside Park, que está a unos 20 minutos del hotel. Fue buena decisión, pues cuando llegamos el agua estaba casi como un plato. Empezamos nadando en la parte protegida y después de un rato nos salimos al mar abierto. Nora y Rohans empezaron a aumentar la velocidad, pero yo decidí esperarme hasta el regreso. Después de 45 minutos regresamos a la playa. Buen nado.

De regreso en el hotel nos enteramos de que a las 14 horas Rohans tendría una junta con el juez de su nado. No podría acompañarnos al segundo entrenamiento, pero me dio gusto saber que su ventana se abrió y la mía es la siguiente.

Las comidas son la oportunidad ideal para que Guillermo nos dé clases de diferentes temas relacionados con Japón. Ayer hablamos de música clásica, jazz, pintura y fotografía, su pasión.

De la música clásica nos comentó que, si bien la interpretación es técnicamente impecable, en general les falta emoción en la misma. No así en el jazz, donde la improvisación fluye sin problema.

Interesantes fueron sus comentarios acerca de la pintura. Aparentemente la pintura japonesa no ha logrado el éxito que merece fuera de sus fronteras. Aprendí que Foujita, Tamiji Kitagawa, Taro Okamoto y Isamu Noguchi (mitad japonés, mitad estadounidense) vivieron y desarrollaron su obra en México.

La fotografía ha sido una de las artes que más se han desarrollado en el siglo XX en Japón. No solamente la parte técnica, sino también la expresiva tuvo un desarrollo único en estas latitudes. La fotografía contemporánea tiene sus orígenes en la fotografía japonesa de los años sesenta. Encontramos a grandes maestros como Daido Moriyama, Eikoh Hosoe, Nakahira Takuma, Nobuyoshi Araki y Kawada Kikuji.

Pablo y yo estamos emocionados, pues a nuestro regreso a Tokio iremos en busca de foto libros de algunos de estos artistas.

A las 15 horas salimos para el segundo nado. El mar estaba un poco más movido. Nadamos el mismo recorrido que en la mañana, pero decidí aumentar la velocidad y ver cómo me sentía. Logré un buen ritmo y el dolor en el brazo no excedió su intensidad normal. Será un tema el martes, pero espero poder manejarlo.

A los 30 minutos di por terminado el nado. A Nora no le gusta cuando cambio los entrenamientos, pero empecé a marearme y sentí que ya había hecho lo que quería. Aprovechamos para que Pablo tomara unas fotos. Confirmamos que necesita un nuevo lente para poder tomar buenas fotos deportivas. Es un tema a negociar con el Ing. Argüelles, quien seguramente estará de acuerdo en apoyar el proyecto.

Cuando salía del agua vi a una señora que estaba recogiendo rocas en la playa. Le pedí a Pablo que me tomara una foto. Iba a explicarle a señas que si me dejaba tomarme una foto con ella cuando Pablo me interrumpe y, en perfecto japonés, le pregunta si no tiene inconveniente en tomarse una foto conmigo. Sorprendida, la señora le responde que adelante y empieza a hacerle preguntas de regreso. Nos reímos y, ahora sí, a señas le decimos que no entendemos.

Ya nos íbamos cuando la señora se acerca y le ofrece a Nora ir a su casa a tomar un baño. Bueno, eso creemos que nos dijo, pues estábamos sin Guillermo para que nos tradujera. Le agradecemos a señas y nos subimos al coche.

Cuando, ahora sí, ya nos íbamos, la señora sale corriendo con una cubeta de agua caliente y nos la ofrece. Nora, ya sin traje, tiene que ponérselo nuevamente y echarse un chapuzón para no ofender a nuestra nueva amiga. Nos miramos y comentamos que, como en todos lados, hay gente buena, amable y cariñosa.

Para mis adentros pienso en cómo este viaje me ha dado un espacio para disfrutar una paz interior que es difícil experimentar en el día a día en México. La señora Saiko ayudó.