4 de agosto de 2015

El día de ayer recibí un mensaje de mi colega Ricardo González Dávila (Miembro del Comité Ejecutivo de la Federación Mexicana de Triatlón), sus palabras han llegado en un momento crítico, donde mi preparación física y mental se enfocan en un solo objetivo: cruzar el estrecho de Tsugaru. Se los comparto:

Me dio muchísimo gusto verte el sábado. Muchas gracias por compartir tu blog; lo leí y, en parte, atribuyo la crisis en Gibraltar a que, si bien has nadado miles de kilómetros en entrenamientos y cientos más en cruces, has recorrido casi todo tú solo, imponiendo tu ritmo, sumido en tu mundo, pensamientos, sueños y motivaciones, enfocado en tu abastecimiento, pensando en el objetivo, etc.

Creo que ese nado en grupo fue una excelente experiencia, un estímulo muy diferente en el cual estabas compartiendo un gran escenario en una situación desconocida para ti. Coincido contigo en que es más fácil enfocarnos en hacer cosas solos (por eso prefiero el triatlón o la natación al futbol o a cualquier juego de equipo), ya que la persona que más te exige y que mejor te conoce eres tú mismo.

En cuanto a tu experiencia en la montaña, creo que tu guía no respetaba tu ritmo, sino que quería que tú te adaptaras al suyo.

Ahora que leo que una de las grandes motivaciones para realizar el reto de los Siete Mares era entrar al Salón de la Fama de la Natación de Aguas Abiertas y ya estás adentro, parece que recortaron la mecha. El reloj biológico ha avanzado y es un reto extremadamente difícil y costoso, así que se te vienen a la mente diálogos internos y preguntas como ¿lo necesito?, ¿vale la pena?, etc.

Creo que una gran motivación en la que puedes pensar es que para miles de personas (más de las que te imaginas), tú y tus logros se han convertido con los años en inspiración, ejemplo, modelo a seguir, etc. Todas esas personas estaremos “empujándote” en esos retos. Para el nado de Japón anímate, prepárate e inténtalo. Sea cual sea el resultado, si lo intentas estarás satisfecho. Hay posibilidades de no terminarlo, pero también hay posibilidades de que lo logres. ¿Qué tal si se alinean las estrellas ese día? Intentarlo te dejará muy satisfecho.

Por mi parte, en esos días trataré de ser el mejor del mundo de mi edad en Chicago. Traigo molestias, lesiones crónicas y a veces también me cuesta trabajo motivarme. Sin embargo, podemos poner el ejemplo a muchos compatriotas que andan desanimados por muchas cosas que están pasando —ahora al primer trueno se espantan, levantan sus redes y dejan de pescar. Así podemos ayudar al México que queremos, y eso me motiva.

Nos tardamos 20 años en volver a ganar medallas en unos Juegos Panamericanos, pero ya regresamos y estamos muy sólidos.

Un abrazo.