Marzo 17, 2017

El sol sigue brillando. Después de tres días con un clima lluvioso y frío, ayer y hoy salió el sol. Ayer hubo menos viento; hoy sopló con intensidad. Alguien nos comentó que Wellington se conoce por sus vientos.

Aún no sabemos cuándo saldremos. La experiencia nos dice que el domingo probablemente tendremos una posibilidad. Decidimos asumirlo así e iniciamos el descenso: menos intensidad fuera del agua y menos tiempo dentro de ella.

Llegamos a la playa y, obviamente, había una diferencia significativa en el clima. Ayer, según el Wind Guru, los vientos en la región estaban a 4 nudos, hoy a 20. Nos metemos e inmediatamente siento la diferencia.

Las olas no me dejan ver la boya, así que tengo que buscar otro punto de referencia en el horizonte y concentrarme en la brazada para no lastimarme.

El trayecto de ida nos toma un poco más que en días previos. El viento y las olas me mueven de un lado a otro. Pienso que éste será el peor de los nados y me alegra haber disfrutado el del día anterior.

De regreso las olas nos empujan. Al final nos tomará el mismo tiempo, pero la sensación es diferente; parece que flotas sobre las olas.

Terminamos y todo el equipo nos espera en la playa. La pregunta obligada es “¿cómo te sientes?” “Muy bien, listo para nadar el domingo”. Veremos si se me hace.