Reto de los Siete Mares

“El canal de la Mancha, el primero de los cruces despiadados en aparecer en nuestro radar cultural, ha ocupado desde hace tiempo un lugar especial en los corazones humanos. Tal vez esto se debe a la intensa relación histórica entre Inglaterra y Francia; o quizá la explicación sea que la idea de nadar de un país a otro en el océano Atlántico Norte, con tan sólo traje de baño, gorra de natación y goggles, parece una locura total”.

“Los hawaianos llaman canal de Kaiwi, o canal de los Huesos, a los 45 kilómetros de mar turbulento y agitado por el viento que conecta a las islas de Oahu y Molokái. Algunos piensan que esto se debe a que los huesos de los pescadores y marineros que se han ahogado en esas aguas tempestuosas han aparecido en las costas de ambas islas”.

“En las horas previas a cualquier cruce, no hay lugar en mi mente para otra cosa que no sea el éxito. Olvido los pendientes de mi vida profesional, me desconecto de las dificultades de México y de este mundo lleno de complicaciones y dejo de afligirme por cualquier problema personal. Pongo toda mi atención en mi plan para el nado y en el océano que tengo enfrente”.

“El estrecho de Cook, conocido por el pueblo aborigen de Nueva Zelanda, los maoríes, como Te Moana-o-Raukawa, conecta el mar de Tasmania con el océano Pacífico Sur y separa las dos islas principales del país. Nadar los 23 kilómetros que mide su parte más angosta conlleva una buena cantidad de peligros”.

“Desde el principio, el mayor fantasma de toda mi aventura de los Siete Mares había sido este sombrío tramo de mar. Durante tres años, el canal del Norte me había perseguido dentro y fuera del agua, pero ahora ahí estaba, justo en medio, y hasta lo estaba disfrutando”.